Adolf Htler


Nace en Braunau(Austria) el 20 de abril de 1889 en el seno de una familia de clase media.Su padre fue Alois Hitler, un funcionario de aduanas aficionado al alcohol y las mujeres, dueño de un carácter irascible que más tarde heredaría su hijo Adolf. Se casó dos veces y mantuvo una agitada vida sentimental hasta el final de su vida. Cuando conoció a quién sería la madre de Hitler, Klara Pölz, ya era un hombre de cincuenta años con hijos de su anterior matrimonio casi tan mayores como su futura esposa. Klara Pölz era una mujer de rasgos muy bellos aunque de poco carácter y completamente sometida a la autoridad de su marido. El matrimonio tuvo seis hijos de los cuales sólo Adolf y su hermana Paula llegaron a la mayoría de edad.Esta circunstancia influyó en la sobreprotección que Klara le brindó a sus hijos por el temor a perderlos. El carácter violento de Alois que limitaba su rol de padre a frecuentes golpizas, alimentaron el fuerte rechazo de Adolf por la figura paterna y una gran devoción por su madre que mantuvo hasta el final de su vida. Adolf no alcanza a terminar la escuela secundaria, según sus maestros, por falta de aptitud para el estudio.Su vocación fue siempre la pintura pero sus obras son apenas aceptables y en sus cuadros las figuras humanas lucen desproporcionadas con el contexto.A los 17 años es rechazado en su admisión a la Academia de Bellas Artes y sus obras son calificadas como mediocres.Poco después muere su madre de cáncer a los 47 años de edad y este episodio doloroso no lo podrá superar en toda su vida.Hasta su propia muerte lo acompañó un retrato de su madre que no dejaba de mirar todas las noches.Sin estudios completos y sin sutento económico alguno, deambula por las calles de Viena como vagabundo durante varios años, durmiendo en las calles, en un albergue público o en un cuarto alquilado si es que lograba vender algunas de sus pinturas.Durante breves períodos trabajó en fábricas, como barrendero y como changador en las estaciones de trenes.Pero el trabajo físico no era lo suyo y si no dejaba por cansancio lo echaban por inepto.Según el testimonio de un ciruja amigo en los tiempos de Viena, Hitler parecía un espectro por lo flaco y pálido, pero nunca tuvo vicios a pesar de vivir en un medio plagado de miserias.Ni siquiera tenía relaciones con el otro sexo, lo que de por sí generaba suspicacias en sus compañeros de albergue.Su aspecto personal dejaba mucho que desear, pelo largo, barba sin cuidar y siempre la misma ropa sucia y llena de remiendos.Años más tarde, ya en el poder, recordaba que sus experiencias más tristes habían tenido lugar en medio de la alegría de la gente de Viena.Al anexionar Austria, su obsesión principal fue vengarse de cada uno de los individuos que, según él, lo habían despreciado

0 Comments:

Post a Comment